Se aproxima el fin del segundo trimestre y pronto llegarán las notas a casa. Si tu hijo no suspende, no hace falta que leas este post, pero si trae «cates» a casa, quizás te interese este artículo que publiqué hace unos días en el Magazine de La Vanguardia. Se titula ¿Sirven para algo los supensos? y en él trato de responder a esta pregunta y analizar el impacto del suspenso en la vida familiar (que, en algunos casos, como me cuenta el profesor Carlos Ortiz Sanchidrián, puede llegar a ser «un arma de destrucción masiva de la personalidad», además de un desestabilizador de la paz familiar).
También es un motivo de vergüenza, y no solo para los hijos: muchos padres evitan explicar que sus vástagos suspenden, como si fuera culpa suya. Una prima —cuyo hijo ya está en la universidad después de muchos sufrimientos—, me contaba que los hijos de sus amigos y conocidos «nunca suspendían»: ella era la única que explicaba en voz alta que el suyo sacaba malas notas.
Mi conclusión, tras hablar con los diversos expertos a los que entrevisté, es que el suspenso tiene que existir porque como la fiebre, es un indicador: en este caso del progreso o no del alumno («el auténtico drama es titularse siendo un ignorante», me señaló el maestro Alberto Royo). Sin embargo, no hay que abusar del mismo. Y por lo menos en el sistema educativo español se hace un uso excesivo de esta nota. Ello consigue, como señala Francina Martí, presidenta de la asociación de maestros Rosa Sensat: «Vacunar a los alumnos contra el suspenso». Para esta docente, esta nota no les ayuda a ponerse las pilas, por lo que considera que «no tiene ningún tipo de sentido pedagógico”. También se concluye que la nota de un único examen no debería ser el único parámetro para la calificación final, aunque esto ya está cambiando, con la llamada evaluación continuada.
Pero pasen y lean (aquí les dejo el pdf HIJOS QUE SUSPENDEN) creo que es un debate interesantísimo y he podido hablar con expertos de primera fila. Gracias a todos: a ellos y a ustedes, por informarme y por leerme.