La primera vez que leí el poema This Be The Verse, del inglés Philip Larkin, me quedé tan asombrada como maravillada.
They fuck you up, your mum and dad.
They may not mean to, but they do.
(Te joden, tu madre y tu madre.
No es su intención, pero lo hacen)
… rezan los dos primeros versos.
Y a continuación, Larkin, considerado uno de los grandes poetas en lengua inglesa del siglo pasado, nos explica de esta forma tan sucinta cómo te joden, tu padre y tu madre:
They fill you with the faults they had
And add some extra, just for you.
(Te transmiten sus defectos
y te añaden otros extra, solo para ti.)
Y también, por qué:
But they were fucked up in their turn
By fools in old-style hats and coats,
Who half the time were soppy-stern
And half at one another’s throats.
(Pero a ellos también los jodieron.
Unos insensatos con sombreros y abrigos pasados de moda
que pasaban la mitad del tiempo siendo duros y blandos y la otra mitad, peleándose)
Y así concluye Larkin, dándonos este consejo:
Man hands on misery to man.
It deepens like a coastal shelf.
Get out as early as you can,
And don’t have any kids yourself.
(El hombre transmite al hombre la infelicidad.
Que se profundiza, como el litoral bajo el mar.
Escapa de ahí lo antes que puedas.
Y no tengas hijos, también).
Siguiendo su propio consejo, Larkin no tuvo descendencia. Dedicó su vida a escribir y a leer y, como señala este artículo de Poetry Fundation: “Empleó las tradicionales herramientas de la poesía —la rima, la estrofa y la métrica—, para explorar las experiencias molestas o terroríficas más frecuentes de la gente corriente”.
