1.100 millones de jóvenes pueden sufrir sorderas precoces: hay que escuchar sin riesgos

OMS

Llevo años haciendo campaña, como puedo, contra el ruido. En especial, contra el ruido al que son sometidos los niños. En la escuela de mis hijos soy la madre «loca» que pide, una y otra vez, que se baje la música durante las fiestas infantiles. He redactado recomendaciones contra el ruido, escribo cartas a los diarios, trato de publicar artículos para concienciar sobre el tema e intento no hacerme demasiado pesada pero… ¡sigo!

NIÑOS Y RUIDO

En gran parte escribo esta entrada porque la Organización Mundial de la Salud acaba de lanzar una campaña estupenda, «Escuchar sin riesgos», donde se denuncia lo siguiente:
— La OMS calcula que 1100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.
— De los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 35 años de países de ingresos medianos y altos: Casi el 50% están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio personales como reproductores de MP3 y teléfonos inteligentes. Alrededor del 40% están expuestos a niveles de ruido potencialmente nocivos en clubes, discotecas y bares (aquí añadiría: y en fiestas infantiles escolares y municipales, chiquiparks y espectáculos infantiles).
— La OMS alerta que la pérdida de audición provocada por el ruido es irreversible: la exposición a sonidos fuertes, independientemente de su duración, provoca cansancio en las células sensoriales auditivas, lo que da lugar a una pérdida temporal de audición o acúfenos (sensación de zumbido en los oídos).
— La pérdida de audición provocada por el ruido puede tener efectos en muchos aspectos de la vida, como el desarrollo social y educativo del individuo y su capacidad para trabajar. Además del riesgo de pérdida auditiva, los niños y los adultos que viven en entornos ruidosos pueden padecer un mayor estrés psicológico y ansiedad.
Todo esto, por lo menos en mi ciudad, Barcelona, es algo que no se tiene absolutamente nada en cuenta. Empezando por las autoridades locales que, en vez de organizar campañas de prevención, fomentan las sorderas precoces sometiendo a los niños a sesiones de decibelios muy por encima de los permitidos en actos públicos organizados por ellos. Tampoco existe una normativa al respecto, específica para los más pequeños.
Pero proteger del ruido también es responsabilidad de padres y escuelas. La OMS insta a que los padres desempeñen «un papel activo educando a sus hijos para que adopten prácticas auditivas responsables y seguras y vigilando su exposición al ruido fuerte; también tienen que dar ejemplo a sus hijos adoptando ellos mismos hábitos auditivos responsables y seguros».
Curiosamente, en mi escuela, donde llevo años «de campaña», he tenido mejor respuesta por parte de los maestros que por parte de la Asociación de Padres, para la cual redacté especialmente estas recomendaciones para no dejar sordos a nuestros hijos en las fiestas escolares: RECOMENDACIONES RUIDO.
Dicen que hoy los niños se concentran menos, están más nerviosos y gritan más. ¡No me extraña! Si creces en una sociedad donde el silencio está mal visto, donde ya desde muy pequeño te meten en un local cerrado, con otros niños gritando a tu alrededor y una música a toda pastilla (me estoy refiriendo a los chiquiparks), te colocan frente a altavoces gigantes que bombardean decibelios para celebrar cualquier cosa (de una cabalgata de Reyes a un evento deportivo o una fiesta escolar) y, llegada la adolescencia, de lo que se trata es de estar en una discoteca con decibelios a toda mecha… Lo que sorprende es que alguien, en estas circunstancias, pueda llegar a oír alguna cosa.
PD: Documento íntegro de la campaña «Escuchar sin riesgos», de la OMS Ruido OMS pdf
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2 comentarios sobre “1.100 millones de jóvenes pueden sufrir sorderas precoces: hay que escuchar sin riesgos

  1. Me dá mucha tranquilidad saber que no soy la única obsesiva de este tema, yo también he escrito cartas y me la vivo quejando sobre el tema del ruido. Pero creo que el problema no es de esta generación, es cultural en gran parte de este país. Bajo riesgo de ser apedreada voy a confesar que la población española es muy ruidosa: grita mucho y como dices; el silencio está mal visto. A los padres les parece que ver a los niños gritar es lo mas normal, hasta gracioso. A mi me enferma de los nervios. Y si los padres gritan, porque los niños no lo van a hacer? En fin, espero que tu artículo logre por lo menos cuestionar a algunos sobre este asunto.

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    1. GRACIAS ANA! Ya somos dos. La verdad es que sería muy interesante que los padres y madres nos movilizáramos más contra el ruido imperante que hace que nuestros hijos griten y, también, que les llamáramos la atención cuando lo hacen…

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