Con motivo del final de curso, el diario inglés THE GUARDIAN publica este artículo titulado Diez cosas que los maestros querrían decir a los padres, pero no pueden. De forma anónima, una maestra de Primaria hace varias observaciones interesantes, entre las que selecciono las siguientes:
1) Tu hijo no es tu colega: La maestra escucha, con una «frecuencia preocupante», frases tipo «mi hija es mi mejor amiga». Un error, asegura: «Tus hijos no son tus amigos. Tu eres su padre y tu responsabilidad es guiarles y ponerles límites, no llevarlos a tus conflictos».
2) Déjalos ir un poco: «Nuestros hijos son, obviamente, la cosa más preciosa de nuestras vidas y es natural que luchemos para protegerlos», dice la maestra. Pero, como tantos otros pedagogos, recomienda fomentar la autonomía de los hijos: hay que darles tareas, dejarlos con sus propios recursos, como que sean ellos los que se preparen el desayuno y la cartera para el cole. Todo esto les ayudará en su paso hacia la Secundaria.
3) Los videojuegos tienen edades recomendadas por una razón: «Estoy segura», escribe la maestra, «que la XBox mantiene a su hijo de 9 años estupendamente entretenido en casa. Pero su última redacción, que trataba de operaciones de los cuerpos de elite del ejército contra un cartel de droga colombiano, era un poco perturbadora… Tambien lo fueron las quejas de los cuatro niños de 6 años a quienes no les gustaba jugar a ser víctimas de un tiroteo, con persecución de coches incluida, a la hora del patio. No puedo controlar lo que le deja ver o jugar a su hijo en casa pero, hasta que no sepa diferenciar entre las imágenes generadas por ordenador y la realidad, ¿le importará que le pase a usted las quejas de los padres de susodichos niños?»
4) Ciertos futbolistas no son un modelo a seguir: Aquí, la maestra, como es británica, pone el ejemplo de John Terry, un defensa de la Liga inglesa célebre por sus pataletas, insultos al árbitro, gesticulaciones, etc. En el mundo latino también hay varios ejemplos de la estrella del fútbol respondona y con muy baja tolerancia a la frustración. Sea como sea, la profesora dice que «es triste ver alguien de 8 años emulando este tipo de actitud en el patio» y que ella no va a tolerarla en su clase.
5) Los novios pueden esperar: Cuesta creer, pero la maestra ha escuchado más de una vez que una madre lamente que sus hija de 8 años esté triste porque «no tiene novio». «Deja que tus hijos sean niños», les recomienda. No se puede estar más de acuerdo.
6) Lo siento; pero su hijo/a es simplemente vago/a. «Cuando se trata de progresar, todo maestro quiere lo mejor para cada alumno de su clase. Es básicamente la razón por la que la mayoría de nosotros hacemos lo que hacemos. Pero a veces se llega a un punto en el cual empezamos a pensar que estamos tratando de empujar un objeto que es inamovible».
«Si tu hijo de 10 años no progresa como debería (…) podría ser que se debiera a que es, ejem, vago. Y no es solo su lenguaje corporal lo que me lo sugiere. Comparado con otros compañeros con habilidades similares, él va para atrás, realizando errores básicos con frecuencia. Es difícil enseñar a alguien quien no quiere aprender pero es casi imposible enseñar a alguien quien cree que lo sabe todo ya. Charlas sobre actitud y esfuerzo aparte, valdría la pena recordarles que pronto afrontarán expectativas más altas.»
7) Vale, que no haga los deberes: «Los deberes son (y siempre lo serán) un tira y afloja entre los padres y los maestros de Primaria. Muchos padres se quejan de que hay demasiados. Otros, de que hay pocos. O que son demasiado fáciles. O demasiado difíciles. Los maestros nos quejamos cuando se espera que los padres ayuden y no lo hacen y cuando lo hacen sin que se les pida. También hay quejas sobre deberes perdidos y milagrosas «reapariciones» de los mismos. Tengan por seguro que pasaré todas estas quejas a la dirección de la escuela, que es la que dicta la política de deberes del centro. Entre tanto, continuaré con los montones de tareas para corregir».
8) La educación física es una asignatura obligatoria: «Ha habido un gran incremento de niños que dicen que no pueden hacer educación física o traen una nota de casa ratificándolo. Algunas excusas son dudosas: de un problema de tobillo que parece durar meses a un resfriado que el alumno coge solamente un día concreto de la semana. La educación física es parte del currículum y me temo que su hijo no tiene opción en decidir si la hace o no. (…) Por favor, no lo olvide: el deporte es bueno para ellos, después de todo, y hacerlo es algo beneficioso. Como lo son los deberes y la mayoría de cosas arriba mencionadas. Gracias por leer esto y nos vemos en la escuela».
El artículo, colgado en la web del diario, ha tenido una respuesta abrumadora, con casi 1.500 comentarios, tanto a favor como en contra. Un lector dice que se trata de uno de los mejores artículos que ha leído en meses. Otra, recomienda añadir a la lista de sugerencias a los padres este comentario: «Su hijo no es un genio». Varios lamentan el anonimato de la autora mientras que una lectora se queja de que «no se diga nada positivo sobre los padres».