El tema de los hijos y la ropa no es baladí. Aunque durante los primeros años esta cuestión reporta, en general, muchas satisfacciones (una de las cosas más agradables de la maternidad y la paternidad es preparar el armario del bebé), el tema se complica a medida que crecen. Que si tardan en vestirse, que si quieren ir vestidos al cole de Superman…
Y luego, llega la adolescencia, una etapa en la que, en millones de familias, el ‘look’ de la prole provoca grandes discusiones. Y si añadimos los complementos (como ‘piercings’ y peinados), el conflicto está servido. De todo esto va mi reportaje en el Magazine de La Vanguardia titulado: EL ETERNO CONFLICTO COTIDIANO EN LAS FAMILIAS POR LA FORMA DE VESTIR. Ahí lo dejo.