EQUIVOCARSE: una experiencia clave para los hijos.

Comparto en este nuevo post mi artículo en el Magazine de La Vanguardia que se ha titulado con una pregunta: ¿Por qué es importante que los niños se equivoquen? Aquí tenéis el link al reportaje pero, por si hay algún problema con el acceso, os dejo un resumen del mismo:

— Bueno, pues resulta que los niños se equivoquen es importantísimo. Que fallen y aprendan de ese error. Equivocarse, como me cuenta la pedagoga Anna Forés, experta en neuroeducación, es fundamental: “De hecho, aprendemos equivocándonos”, explica. “Se puede aprender de muchas maneras pero el aprendizaje experiencial, a base de ensayo-error, es uno de los principales”.

El problema es que hoy, en tiempos de hiperpaternidad, en los que los éxitos de la prole son un reflejo de los padres, a los hijos se les exige ser impecables. En consecuencia, los hijos hoy no cometen errores, no suspenden jamás, consiguen todo lo que se proponen y no pierden nunca. Los padres no les dejan, prácticamente, fallar.

Y para que así sea, cada vez son más habituales los progenitores que ayudan, por sistema, a hacer los deberes a los hijos (para que les salgan perfectos). Incluso, los hay que llegan a hacer los deberes por los hijos (para que salgan aún más perfectos).

O los que van a reclamar las notas en la escuela. Y no solo los suspensos: si mi hijo es tan especial, ¿cómo no le pone un sobresaliente? Asimismo, para que los niños no se traumen, hace tiempo que hay partidos sin marcadores, medallas para todos y concursos en los que todos ganan. Ante la insoportable posibilidad de perder se impone la necesidad de intervenir y amortiguar. El resultado: criaturas que desconocen lo que es equivocarse porque no se les ha permitido vivir esta experiencia clave, tanto a nivel cognitivo como vital.

Anna Forés nos recuerda que es importante saber lidiar con el error, porque en la vida nos equivocamos más que acertamos: “Para aprender necesitamos fallar muchas veces». 

Sin olvidar que el reconocer el error, verlo señalado en un papel, «hace que el aprendizaje quede más impregnado”. Sin embargo, esta señal de alerta tiene que ir acompañada de una buena pedagogía, lo que no siempre ocurre. «No se trata de decir al alumno ‘tienes un siete’ y punto. O un tres y ‘suspendido’. Sino de explicarle lo que tendría que hacer para llegar a un diez. ¡O para aprobar!”

SOBRE LA POLÉMICA DE CORREGIR EN ROJO….

Para el reportaje he contado también con el testimonio del escritor Albert Espinosa, cuyo último libro se titula, precisamente, Si nos enseñaran a perder, ganaríamos siempre (Grijalbo). Espinosa, hoy un reconocido autor, fue diagnosticado de cáncer en la adolescencia y pasó diez años en hospitales. Tiene clarísimo que la vida “es aprender a perder lo que ganaste. Y si lo sabes hacer, ganas siempre”.

Para él es básico tener recursos para lidiar con el error, que es inevitable. Y comenta que “si en las escuelas hubieran asignaturas para gestionar la pérdida, el fracaso y el dolor, el mundo sería mejor. Porque hoy por hoy no hay ninguna materia que te enseñe a saber perder”.

Así que padres y madres del mundo: permitamos que nuestros hijos afronten lo inevitable y fallen de tanto en tanto. Que aprendan a perder para, paradójicamente, equivocarse menos en la vida.//

Y, de nuevo, el reportaje completo: https://www.lavanguardia.com/magazine/experiencias/20210208/6225174/importante-ninos-equivoquen.html

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2 comentarios sobre “EQUIVOCARSE: una experiencia clave para los hijos.

  1. En Alemania, los propios profesores te recuerdan continuamente que tienes que sentarte con tus hijos a hacer deberes. Y a eso están acostumbrados. Yo vivo en una zona rural donde es habitual encontrar familias en las que la madre no trabaja y dedican una importante parte de su tiempo a ayudar a hacer los deberes. Yo, como madre trabajadora, me di cuenta que los hijos de esas mujeres que no trabajan entregaban los planes semanales antes e iban mejor preparados a los test que las mías. Porque yo no tengo el tiempo. Y ahora con el Homeschooling, debido al Covid, esto ha empeorado. Cuando el sistema escolar deja de ejercer su función educativa y la traspasa a los padres, las diferencias se acentúan.

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    1. Ostras, Sara, me sorprende que en Alemania se insta en sentarse a hacer los deberes con los hijos. En fin, como tú, creo que pone en desventaja a los que no tienen madres o padres que dispongan de este tiempo. Y acentúa las diferencias…

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