Cuando era pequeña fui una vez de colonias con la escuela. Dos noches, en una casa enorme, en las afueras de Barcelona. Dormíamos en literas: niñas en una habitación y niños en otra. Las actividades consistían en una excursión diaria y, después, en jugar en el jardín de la casa enorme: escondite, el pañuelo, pilla-pilla…Sigue leyendo «Los frenéticos campamentos y colonias infantiles de la era digital.»